Era la matanza, en aquella 茅poca , verdaderamente una necesidad para el buen abastecimiento de la despensa familiar en cuanto a unos alimentos muy necesarios, que entonces no se pod铆an adquirir en las tiendas e alimentaci贸n con la facilidad de ahora y porque el poder adquisitivo de muchas familias no lo permit铆a.
As铆 que lo que se hac铆a era adquirir en el mes de Agosto, concretamente en la feria de Martos, un lech贸n, o cerdo peque帽o, para irlo engordando y preparando con los restos de la propia alimentaci贸n de la familia y sacrificarlo por San Andr茅s que es la 茅poca del a帽o id贸nea para tal evento.
Era esto tambi茅n una forma de reuni贸n de las familias para ayudarse unas a otras en los labores de una matanza que son muchas y muy artesanales transmitidas de madres a hijas que permit铆an sacar del cerdo todos los embutidos y chacinas posibles que despu茅s se iban consumiendo , a lo largo del a帽o, seg煤n se fueran necesitando.
No solo era esto motivo de reuni贸n familias sino tambi茅n de amigos y vecinos que en esos d铆as colaboraban y ayudaban en las tareas.
Todo empezaba con el sacrificio del animal acci贸n que realizaba un matarife que llegaba a la casa con una serie de herramientas. Lo mataban le extra铆an la sangre que guardaban para hacer las morcillas, lo pelaban con agua caliente en una artesa y despu茅s lo colgaban y le iban sacando todas sus v铆sceras que luego ser铆an aprovechadas.
Se sacaban los jamones, las palet铆llas, los lomos, la carne, el tocino, las orejas, las costillas y la cabeza, las tripas todo vale de este animal que es muy guarro, como su nombre indica, pero que despu茅s es tan sabroso y tan aprovechable.
Se hac铆an primero las morcillas con sangre y cebolla cocdida, despu茅s los chorizos, el salchich贸n, la butifarra,(en Fuensanta gutifarra), la cabeza de cerdo, los chicharrones las mollejas con los sesos, la careta, las orejas y las patas y se daba por terminada la ardua faena.
Esto l贸gicamente llevaba dos o tres d铆as y era un trabajo muy duro sobretodo para las mujeres de ah铆 que para realizarlo se necesitase toda clase de ayudas.
Pero era fundamental para disponer dentro de casa de un mercado propio que serv铆a para ahorrar dinero en la tienda y para que durante la temporada de la aceituna, los d铆as malos de invierno,o en cualquier momento tuvi茅ramos una comida preparada.
Los hombres cuando m谩s trabajaban era el primer d铆a pero aprovechaban tambi茅n para tomar unas todo el proceso de la matanza para ir tomando copas, con las tapas que ofrec铆a el cerdo, los trozos de carne, o churracos a la brasa, la morcilla reci茅n salida de la caldera, la masa de los chorizos antes de llenar las tripas, o la butifarra.
Cuando pasaban 15 o 20 d铆as ven铆a el 煤ltimo cap铆tulo de la matanza que era freir los chorizos, las morcillas y los lomos adobados y preparados, para despu茅s meterlos en orzas cubiertas con aceite de oliva, del que nosotros somos los mayores productores de toda Espa帽a. Ya ten铆an en casa comida y calor铆as para todo el a帽o.
Esto que en nuestros d铆as se ha ido perdiendo, aunque a煤n haya una minor铆a de familias que lo hacen, que en parte est谩 bien porque la grasa que conlleva una matanza no es aconsejable para el controlar el colesterol, para las personal mayores y para todas aquellas que tengan un trabajo sedentario y de poco esfuerzo pero entonces ya era un problema poder comer con lo cual el colesterol pasaba a un segundo t茅rmino.
Pero tambi茅n era necesario porque entonces no exist铆an los supermercados, las f谩bricas de embutidos, los frigor铆ficos y esa matanza era la soluci贸n de todas esas deficiencias.
Hab铆a que llenar las fiambreras a diario para los trabajadores del campo que com铆an caliente a la hora de la cena porque durante el d铆a la matanza era su mejor alacena.