Hubo en Fuensanta por los a帽os 50 y 60 un comerciante llamado Isidro, que no era oriundo de nuestro pueblo y que se dedicaba al comercio de telas en una tienda que tuvo muchos a帽os abierta.
Justo en la calle Real, pasada la plaza de abajo y a la altura de la casa de Manolo el Caracol, pero enfrente, en la otra cera.
Era un personaje pintoresco, fumaba mucho, siempre llevaba un cigarro entre las manos, era soltero y paraba en la fonda de Encarna , hoy la casa de Juan Castro.
Siempre lleno de lamparones en su vestimenta y la gustaba bastante el vino que el tomaba en los bares, acompa帽ado de otros amigos, entonces bastante asiduos de estos establecimientos en donde pasaban la mayor parte del d铆a y sobre todo la mayor parte de las tardes noches.
Era un hombre agradable en el trato, siempre ten铆a una sonrisa para sus numerosas clientas aunque por otro lado tambi茅n hay que comprender que como este hombre no ten铆a familia alguna en el pueblo a todos los consideraba m谩s que clientes o amigos como si fuesen parte de esa familia que 茅l no ten铆a.
El negocio le iba muy bien, yo recuerdo al menos dos empleados que el ten铆a siempre en su tienda uno era Juan Pe帽a, el fot贸grafo, ya fallecido y otro era el vecino de mis padres y ahora de mi hermana Jos茅 Pulido.
La verdad es que luego ninguno de ellos sigui贸 el oficio de las telas pero si formaron parte durante bastante tiempo del personal de Isidro.
Eran aquellos a帽os duros de la vida en nuestro pa铆s, a帽os en los que se palpaba todav铆a en el ambiente la carencia y la escasez de toda clase de comodidades y de bienestar y era muy com煤n que los hombres.
Tal vez para disfrazar esas carencias y esas limitaciones, visitaban con asiduidad la taberna tal vez tambi茅n para comer algo con las tapas que en ellas les pon铆an porque desde luego hab铆a quien en su propia casa no se las pod铆a permitir.
Pero lo que si recuerdo es que el ambiente era bueno, que la gente no se met铆a en conflictos y problemas y que el trato en estos lugares de ocio y en la calle era bastante amistoso y agradable.
En Fuensanta por aquella 茅poca, exist铆an los siguientes establecimientos de bebidas: el Patio Andaluz, el Casino, el de Rogelio Ja茅n ,el del teatro de Paquito Lazarico, Eduardo el Caracol, el Bodeg贸n ,
al lado de la plaza de abastos, mi t铆o Miguel Lemus, Manolete, padre de Manuel y Juan Castro, Andresa, en la plaza de Abajo, otro que hab铆a al lado del pilar de la plaza de abajo, en los bajos de la casa de Eduardo Guacharro que regentaba Mena cu帽ado de Manolo el del Casino y uno que hab铆a en la casa donde despu茅s lo tuvo Juan Estrella, muchos a帽os, y que entonces era regentado por una Sra. viuda.
No se si me he dejado alguno pero creo que ya eran bastantes en una 茅poca en donde era dif铆cil comer.
Lo que si es cierto es que cuando uno no se siente muy contento, muy satisfecho, ni muy feliz, es cuando trata de buscar el mejorar ese estado de 谩nimo y lo hace, a veces, de forma equivocada y no en el sitio m谩s id贸neo.
Eran unos tiempos en los que resultaba muy dif铆cil el evitar y caer en alguna tentaci贸n.
Gracias a Dios aquello a帽os pasaron y hoy todos, en Fuensanta tienen en su casa lo necesario y suficiente para no tener que andar el d铆a recorriendo bares. Qu茅 tiempos aquellos.